domingo

Eres tan salvaje, tan amor, tan extremo como yo.

- ¿Qué? ¿ Por qué?
+ Es que es todo muy precipitado, me refiero a que no lo voy a ver nunca y a parte no lo conozco lo suficiente. Pero ante todo le hecho de menos.
- A eso se le llama amor de verano, a veces las cosas en la vida hay que hacerlas precipitadamente, sin pensarlo dos veces, yo creo que no hiciste mal en salir con él. Piensa, has conseguido vivir sin él 9 años, ¿ y no lo conseguirás ahora?
+ Pues si todos son así, prefiero no tener ninguno.
- No, eso fue una locura, de esas que se cometen sin pensar, no tienes por qué decir que no quieres más, porque esos son de los que duran poco pero que se pasa muy bien con ellos.
+ Vale, si fue genial, como cuando montas es una de esas atracciones de vértigo y sientes de todo, a flor de piel. Como cuando tomas un chicle y el sabor se queda en tus labios, dulce pero efímero. Fue como cuando saltas al vacío, notas toda esa adrenalina corriendo por tus venas. Pero ante todo fue de esos momentos que no cambiarías por nada, porque cuando lo haces, algo hace que se quede ahí, en el fondo, en tu corazón. Pero por otro lado son como los tatuajes. Sabes que están ahí pero que pronto te olvidarás de ellos. Y me jode porque ante todo le quiero, le quiero aunque no le creas y aunque no lo parezca le hecho de menos y aun sigo sintiendo el calor de sus labios en los míos.


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