domingo

Deben ser esos momentos amargos los que te hacen fuerte, los que te hacen decir '' ¡EH! para de hacerte daño, no vale la pena. '' los que de algún modo te hacen levantarte del suelo y sonreír más fuerte que antes. Y te hacen mejorar hasta encontrar una felicidad sin tiempo límite, bonita, muy bonita. Y ahí, ahí eres feliz, te sientes completo y lleno, tan lleno que eres capaz de explotar en millones de pedacitos que se lleven consigo una ilusión, un sentimiento, un pequeño deseo. Y esos pedacitos salen de repente, sin que nadie los pare, de un lado a otro. Estallan y salen disparados. En carcajadas, en risas, en lloros, en gritos, en saltos. Salen, simplemente, en los momentos de mayor felicidad.
Ahí. es donde tocas el cielo con las yemas de los dedos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario